El técnico entiende cómo la relación le hizo creer a él y a la afición en un giro histórico
A pesar de quedar eliminado de la Libertadores ante Botafogo, el ánimo del técnico de Peñarol, Diego Aguirre, en la rueda de prensa fue de claro orgullo.
Considerando la reacción de sus jugadores y aficionados, Aguirre dice que “no se sintió mal hasta que el árbitro hizo sonar su silbato”. Algo que para él merece significar un “punto de partida” para que el club recupere su influencia en las competiciones continentales.
“Fue muy difícil superar el golpe que recibimos en Brasil. Tuvimos malos minutos y pagamos mucho por ello. Pero dijimos mucho esta semana que pelearemos e intentaremos todo. Si tenemos que irnos, fue muy difícil”. Que me tuvieran en alto y que me aplaudieran los aficionados. Eso es lo que más quería y lo conseguimos porque hicimos un gran partido y todo el estadio aplaudió a los jugadores.
“Esto (la campaña Libertadores 2024) debe garantizar que siempre seamos campeones de la Copa del Rey. Siempre luchando y siempre ilusionando, al nivel de un gran club. No debería suceder cada pocos años, sino con frecuencia. Este debería ser el objetivo de el club”, añadió.
Antes de la edición de este año, Peñarol jugaba en el principal certamen de clubes de Sudamérica, hasta que desde 2011 ni siquiera juega los octavos de final de la Libertadores y siempre cae en la fase de grupos.
Nueva realidad
Ante la derrota, Manya se centrará únicamente en el campeonato uruguayo. La próxima cita, en este sentido, será contra River Plate, el domingo (3), a las 19.30 (hora brasileña). Aurinegro lidera el Clausura con 20 puntos y es superior a su principal rival (Nacional) sólo por diferencia de goles.
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